Me encantan los libros, de todo tipo. Tengo montones de libros, mi mudanza fue en un 80% cajas de libros, regale, bote o vendí casi todo lo demás. Podía cambiar de país, dejar todo lo demás menos a mi hijo y a mis libros.
Tengo libros de muchos temas, de magia, esoterismo, de cocina, de política, de historia y una buena colección de libros infantiles, entre otros (por no hablar de los de hierbas etc).
A mi hijo le he comprado muchos juguetes, pero también muchos libros, no he conseguido aun que se enfiebre tanto con la lectura como lo estaba yo a su edad, pero he logrado que se interese algo en ello. No pienso desistir, ni de inculcarle el amor por los libros, ni pienso dejar de comprarse los.
Soy adicta a la compra de libros, supongo que eso tendrá un nombre, (mmm, quizás tendré que comprarme un libro sobre adicciones a ver si lo consigo). Justamente ayer me compre unas cuantas revistas (supongo que cuentan en lo de comprar libros) varios cuadernos para escribir y no podía salir sin al menos un libro. Había una mesa de remates de libro (!!Gran peligro para el presupuesto familiar!!) y tome dos, uno que hablaba de los arquetipos de la diosa en cada mujer y otro infantil que se llama "YAGA Y EL HOMBRECITO DE LA FLAUTA", de Irina Korshunow.
Hoy logre que entre las carreras de Mario, los golpes de luigi y las aventuras de kirby mi hijo leyera el nuevo libro. Fue interesante, no pensé que seria tan filosófico y esotérico, al punto de que creo que me lo mandaron a propósito. Los Dioses como que sabían que hoy yo estaría emocionalmente complicada, y me mandaron un cuento para explicarme las cosas y aliviar mi corazón.
Tratare de resumírselos. Yaga es una bruja mala que tiene azotada la ciudad con su trompeta, ella quien no sabe reír y vive sola en su casa, solo siente algún alivio a sus pesares cuando sopla la trompeta. Pero esa trompeta lo que logra es materializar aves negras que se esparcen por toda la ciudad, llevando pensamientos negros y negativos, que influencian a todo el mundo, hasta a los niños, y los hace romper las cosas, contaminar el medio ambiente, pelear, y bueno lo usual que hace la energía negativa. La gente de la ciudad obviamente le tenia mucho miedo y rabia a la bruja porque sabia que ella era la fuente de todas esas cosas malas.
Hasta el día en que llega el hombrecillo de la flauta, quien era todo lo contrario (Ying y yang) y que solo tenia pensamientos positivos, inundando el ambiente de la ciudad y a su gente de energía amorosa y positiva, llegando a un punto en que lo positivo fue mas que lo negativo y la gente comenzo a apreciar al hombrecillo.
Yaga quien solo se divertía al ver a los demás sintiéndose mal, se enojo muchisimo al ver a todo el mundo alegre, y al enterarse de quien era el origen, planifico una venganza.
Convenció al hombrecito de que era un ser feo y ridículo, demasiado pequeño y extraño para ser aceptado por los demás, el no la entendía hasta que ella le enseño un espejo y el vio que no era igual a los otros, se sintió por primera vez mal y le pidió ayuda, ella lo convirtió en un hombre muy grande.
Pues demasiado grande ... el hombrecillo no pudo entrar mas a su casa, apenas a su patio, pero no sin antes destrozar todo lo que ahi tenia, por primera vez el hombrecito se sintió triste, trato de tocar la flauta, pero también le había quedado demasiado pequeña. El sumido en la depre, pues no supo mas que hacer sino llorar.
Yaga aprovecho e inundo la ciudad de nuevo con su energía negativa, hasta al hombrecito. Y así permanecieron las cosas por mucho tiempo. Se secaron los ríos, la gente casi ni se hablaba a no se por los insultos, y todo lo verde se marchito.
Hasta que un día sorprendida Yaga es visitada por un pajarito, quien con su trinar le alegro el corazón, ella quien nunca había tenido compañía, comienzo a disfrutar del cantar del pajarito, olvidando en un ricon la trompeta, que solo sirvió para acumular el polvo. Todo bien entonces...
En realidad no, ella no supo aceptar al pajarito por lo que era y quiso que aparte de cantar dijera su nombre, insistiendole hasta el punto de ponerse muy enojada y espantar al pajarito, quien se fue volando del lugar.
Yaga que no era un pan de dulce, entro en cólera, soplando a mas no poder la trompeta y casi acabando con la vida del lugar. Soplo hasta que ella misma ya no podía mas, pero ni toda la destrucción le hizo sentirse mejor.
Repentinamente entendió que sentía algo mas, !Se sentía Triste!!! nunca se había sentido así, no sabia que era eso, ni sabia cuanto podía doler eso. Intento curarse con pócimas y hechizos, pero solo empeoro. Llego a desear la muerte para acabar con ese dolor.
Se encerró en su casa, y hubiese quedado así hasta que vio al hombrecillo tocar su puerta llorando y pidiendo que lo ayudara. Ella no supo que hacer y también lloro...
EL hombrecito regreso a su tamaño normal y logro tocar su flauta. Las notas se convirtieron en pajaros de plata que alegraron los corazones de la gente de la ciudad y guiándolos al jardín de la Bruja donde todo estaba lleno de vida y todos terminaron felices para siempre.
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