Sacando a pasear mi despecho...
Hoy me reencontre con el...
Tenia rato sin verle, tiempo sin sentir su prescencia en mi vida. Se podria decir que lo extrañaba, por un buen tiempo vivi sin el, y las cosas se me habian hecho extrañas, eso es lo malo de acostumbrarse...
Hoy, despues de hacer algunas diligencias, mi hermano y yo tuvimos que separarnos, yo pues me baje en una esquina cualquiera de la ciudad.
Senti la libertad de disponer de tiempo libre, ningun compromiso, nada que hacer, sin presiones. Parada ahi en la esquina voltee a ver y mis ojos se encontraron con una casa abandonada.
Tenia una atraccion hipnotica. Era extraño, era una casa bonita, el jardin casi que con el pasto recien cortado, las tejas en buen estado, las rejas bien pintadas. De no ser por la ausencia total de vida, se pensaria que estaba habitada. Encendi un cigarrillo, ahi en plena esquina. Me le quede viendo por si a un fantasma le daba por asomarse por alguna ventana y hacerla, de esta forma, aun mas interesante. No paso nada. Sin embargo me senti relacionada, como si quisiera contarme su historia, como si ella esperara que algo le sucediera. Bonita, en un buen sitio, una casita de categoria, de amplio jardin, bonitas ventanas. Pero sin hálito de vida. Era algo triste, para decir la verdad.
En ese momento senti su prescencia, estaba ahi. Lo senti como eso viejo que tanto se conoce que se da por olvidado. Eso que es intensamente familiar, tanto que da nostalgia al reencontrarlo.
La gente en la calle me observaba, yo, de reojo, entre miradas, intentaba pillar un taxi que me sacara de la sensacion de agridulce familiaridad.
Habia regresado a mi vida, en un pais nuevo, una ciudad distinta. Un pais lleno de gente que no conozco, una ciudad en la que aun me pierdo. Y sin embargo reaparecio. De verdad no lo creo justo. Comence a caminar.
Al parecer su prescencia tambien repelia a los taxis. O quizas era el humo del cigarrillo. Caminando recorde cuantas veces he caminado igual, cigarro en mano, por un instante pense que estaba de nuevo con 16 años caminando por el boulevard, en un sentido o el otro, en realidad eso no importaba, lo importante era caminar, como si caminando se pudiera uno sacudir eso.
Si, otra vez caminando, cigarro en mano. Como a los 16 y luego a los 18, y luego a los ... Una ciudad nueva, tanto tiempo que ha pasado y a el le da por regresar. No supe ni como recibirle. Despues de tanto tiempo viviendo con el, me habia desacostumbrado a sentirle.
Segui caminando, esperando a un taxi que me alejara de ahi, lejos de la casa abandonada, y quizas lejos de el. Pero bien sabia yo que en lo que aparece, no hay forma de dejarle atras, nunca lo hizo cuando fui por el boulevard, ni por los pasillos de la universidad. De alguna manera cual sombra lograba llevarme el ritmo. Bastante descortez, nunca entendio que no era bienvenido.
Finalmente nos montamos en el taxi. Ya tengo edad suficiente para saber que hay situaciones que simplemente hay que afrontar. Por mas dificiles que resulten de procesar. Decidi recibirle, abrazarle, permitir que me acompañara. O mejor, le sugeri que nos acompañaramos mutuamente. Quizas asi sabria como hacer para alejarle.
Con mi poco conocimiento de mi nueva geografia le invite al centro comercial. Al mismo donde lo conoci a Él. Aproveche de comentarselo, ¿recuerdas cuando le conoci? si, claro que si. Se sonrio con tristeza, sin tan solo hubiese hecho caso de lo que senti ese dia.
Él era simpatico, pero el resto de su compañia auguraba muy malos tiempos, y peores energias, yo, como de verdad tenia la agenda desocupada, decidi darle un chance en mi vida social. Creo que se me fue la mano con el compinche... Mucho que lamentar. Mucho que asumir con filosofia.
Continue mi paseo, le enseñe el cafe donde nos sentamos Él y yo la primera vez. Recorde mi falda negra, mis uñas negras, mi pinta perfecta de bruja. Un poco de autodefensa no me venia mal cuando me arreglaba para conocerle. Quizas si hubiese mantenido ese estilo, me habria ido mejor... Ni modo.
Y continue.
A estas alturas ya teniamos una cita, decidi que mas que acompañarnos debiamos estar juntos. Deambule un rato sin saber que podriamos hacer. Y recorde que cargaba poco dinero encima. Sin llegar a los 20$ no eran muchas las opciones. ¿Un cafe?, mejor chocolate. ¿Un te?, ¿Compartir mi nuevo libro de zen? quizas Zen por medio lograria aburrirle o exorcisarle y espantarle. No, hoy no, al menos, hoy seria cosa de dejarle estar conmigo.
¿Caminar y ver tiendas? con poco dinero es igualmente poco divertido.
Decidi invitarle al cine. Asi como en la segunda cita, y al mismo cine a donde Él me invito aquella vez a ver una de espartanos.
Al cine, que asi sea. Con mas urgencias de tener algo que hacer, que selectividad, la pelicula que estuviera por empezar nos venia mas que bien. Se nos prometio una comedia, me daba igual.
Con Soda y cotufas en mano, como corresponde al protocolo ritual del arte de la pantallla grande, entramos. Como al universo le divierten tanto las ironias, lo que se suponia era una comedia resulto ser una parodia de un tristisimo humor negro. Una mexicanada sobre la muerte de un viejo judio.
"Morirse es en Hebreo".
Fue tan comica como mi reencuentro del dia.
Comienza con un mariachi que toca musica hebrea, un hombre ya de muchas, muchisimas canas, se pone alegre a bailar, cae desplomado. Y sus amigos saben que ha muerto. Tremendo inicio para una comedia...
Pues hasta se ve como lavan el cadaver... Poco a poco y paso a paso se sigue a la familia, a sus dos hijos que ya entrados en los 40 y bastantes, deben seguir el extrictisimo protocolo de la Shivá (que me perdonen los hebreos, se aceptan correcciones) que es un velorio sin muerto que dura 7 dias. 7 dias en los que ambos hijos no deben bañarse, ni tener comodidad alguna, ni verse al espejo, ni cambiarse la ropa, deben andar con la camisa que se rasgan en el cementerio. No pueden usar zapatos si no unas pantuflas negras. Los adornos de la casa son sacados o tapados, nada de flores. Solo una Vela que se enciende como simbolo del alma del difunto es el dentro de atencion en la sala.
Ni siquiera se pueden sentar en sus sofas, han de sentarse en el piso, en unos cojines. Todo esto es para que los angeles buenos ganen la batalla contra los tenebrosos, y el alma del difunto logre irse en paz.
Yo supongo que es para exteriorizar todo el dolor posible. Se supone que haciendo correctamente todos los pasos del shiva,el alma del difunto tendra una mejor partida ante el tribunal celestial. Los deudos estan obligados a seguir estos pasos lo mejor posible, pensando en su difunto.
En realidad, yo creo que es mas por los deudos, darle a la gente 7 dias donde pueden caer lo mas bajo de su dolor, y aceptarselo es curativo. Concentrarse en ese dolor y luego soltarlo.
Fue una pelicula extraña, tan extraña como mi cita. Un dramon judio hecho como novela mexicana... Un funeral, una expresion de dolor, de tristeza... De luto.
La sala de proyeccion estaba casi vacia, supongo que porque era lunes en la tarde. Menos mal que me acompañaba mi despecho.
Es que detesto ir al cine sola...
Hoy me reencontre con el...
Tenia rato sin verle, tiempo sin sentir su prescencia en mi vida. Se podria decir que lo extrañaba, por un buen tiempo vivi sin el, y las cosas se me habian hecho extrañas, eso es lo malo de acostumbrarse...
Hoy, despues de hacer algunas diligencias, mi hermano y yo tuvimos que separarnos, yo pues me baje en una esquina cualquiera de la ciudad.
Senti la libertad de disponer de tiempo libre, ningun compromiso, nada que hacer, sin presiones. Parada ahi en la esquina voltee a ver y mis ojos se encontraron con una casa abandonada.
Tenia una atraccion hipnotica. Era extraño, era una casa bonita, el jardin casi que con el pasto recien cortado, las tejas en buen estado, las rejas bien pintadas. De no ser por la ausencia total de vida, se pensaria que estaba habitada. Encendi un cigarrillo, ahi en plena esquina. Me le quede viendo por si a un fantasma le daba por asomarse por alguna ventana y hacerla, de esta forma, aun mas interesante. No paso nada. Sin embargo me senti relacionada, como si quisiera contarme su historia, como si ella esperara que algo le sucediera. Bonita, en un buen sitio, una casita de categoria, de amplio jardin, bonitas ventanas. Pero sin hálito de vida. Era algo triste, para decir la verdad.
En ese momento senti su prescencia, estaba ahi. Lo senti como eso viejo que tanto se conoce que se da por olvidado. Eso que es intensamente familiar, tanto que da nostalgia al reencontrarlo.
La gente en la calle me observaba, yo, de reojo, entre miradas, intentaba pillar un taxi que me sacara de la sensacion de agridulce familiaridad.
Habia regresado a mi vida, en un pais nuevo, una ciudad distinta. Un pais lleno de gente que no conozco, una ciudad en la que aun me pierdo. Y sin embargo reaparecio. De verdad no lo creo justo. Comence a caminar.
Al parecer su prescencia tambien repelia a los taxis. O quizas era el humo del cigarrillo. Caminando recorde cuantas veces he caminado igual, cigarro en mano, por un instante pense que estaba de nuevo con 16 años caminando por el boulevard, en un sentido o el otro, en realidad eso no importaba, lo importante era caminar, como si caminando se pudiera uno sacudir eso.
Si, otra vez caminando, cigarro en mano. Como a los 16 y luego a los 18, y luego a los ... Una ciudad nueva, tanto tiempo que ha pasado y a el le da por regresar. No supe ni como recibirle. Despues de tanto tiempo viviendo con el, me habia desacostumbrado a sentirle.
Segui caminando, esperando a un taxi que me alejara de ahi, lejos de la casa abandonada, y quizas lejos de el. Pero bien sabia yo que en lo que aparece, no hay forma de dejarle atras, nunca lo hizo cuando fui por el boulevard, ni por los pasillos de la universidad. De alguna manera cual sombra lograba llevarme el ritmo. Bastante descortez, nunca entendio que no era bienvenido.
Finalmente nos montamos en el taxi. Ya tengo edad suficiente para saber que hay situaciones que simplemente hay que afrontar. Por mas dificiles que resulten de procesar. Decidi recibirle, abrazarle, permitir que me acompañara. O mejor, le sugeri que nos acompañaramos mutuamente. Quizas asi sabria como hacer para alejarle.
Con mi poco conocimiento de mi nueva geografia le invite al centro comercial. Al mismo donde lo conoci a Él. Aproveche de comentarselo, ¿recuerdas cuando le conoci? si, claro que si. Se sonrio con tristeza, sin tan solo hubiese hecho caso de lo que senti ese dia.
Él era simpatico, pero el resto de su compañia auguraba muy malos tiempos, y peores energias, yo, como de verdad tenia la agenda desocupada, decidi darle un chance en mi vida social. Creo que se me fue la mano con el compinche... Mucho que lamentar. Mucho que asumir con filosofia.
Continue mi paseo, le enseñe el cafe donde nos sentamos Él y yo la primera vez. Recorde mi falda negra, mis uñas negras, mi pinta perfecta de bruja. Un poco de autodefensa no me venia mal cuando me arreglaba para conocerle. Quizas si hubiese mantenido ese estilo, me habria ido mejor... Ni modo.
Y continue.
A estas alturas ya teniamos una cita, decidi que mas que acompañarnos debiamos estar juntos. Deambule un rato sin saber que podriamos hacer. Y recorde que cargaba poco dinero encima. Sin llegar a los 20$ no eran muchas las opciones. ¿Un cafe?, mejor chocolate. ¿Un te?, ¿Compartir mi nuevo libro de zen? quizas Zen por medio lograria aburrirle o exorcisarle y espantarle. No, hoy no, al menos, hoy seria cosa de dejarle estar conmigo.
¿Caminar y ver tiendas? con poco dinero es igualmente poco divertido.
Decidi invitarle al cine. Asi como en la segunda cita, y al mismo cine a donde Él me invito aquella vez a ver una de espartanos.
Al cine, que asi sea. Con mas urgencias de tener algo que hacer, que selectividad, la pelicula que estuviera por empezar nos venia mas que bien. Se nos prometio una comedia, me daba igual.
Con Soda y cotufas en mano, como corresponde al protocolo ritual del arte de la pantallla grande, entramos. Como al universo le divierten tanto las ironias, lo que se suponia era una comedia resulto ser una parodia de un tristisimo humor negro. Una mexicanada sobre la muerte de un viejo judio.
"Morirse es en Hebreo".
Fue tan comica como mi reencuentro del dia.
Comienza con un mariachi que toca musica hebrea, un hombre ya de muchas, muchisimas canas, se pone alegre a bailar, cae desplomado. Y sus amigos saben que ha muerto. Tremendo inicio para una comedia...
Pues hasta se ve como lavan el cadaver... Poco a poco y paso a paso se sigue a la familia, a sus dos hijos que ya entrados en los 40 y bastantes, deben seguir el extrictisimo protocolo de la Shivá (que me perdonen los hebreos, se aceptan correcciones) que es un velorio sin muerto que dura 7 dias. 7 dias en los que ambos hijos no deben bañarse, ni tener comodidad alguna, ni verse al espejo, ni cambiarse la ropa, deben andar con la camisa que se rasgan en el cementerio. No pueden usar zapatos si no unas pantuflas negras. Los adornos de la casa son sacados o tapados, nada de flores. Solo una Vela que se enciende como simbolo del alma del difunto es el dentro de atencion en la sala.
Ni siquiera se pueden sentar en sus sofas, han de sentarse en el piso, en unos cojines. Todo esto es para que los angeles buenos ganen la batalla contra los tenebrosos, y el alma del difunto logre irse en paz.
Yo supongo que es para exteriorizar todo el dolor posible. Se supone que haciendo correctamente todos los pasos del shiva,el alma del difunto tendra una mejor partida ante el tribunal celestial. Los deudos estan obligados a seguir estos pasos lo mejor posible, pensando en su difunto.
En realidad, yo creo que es mas por los deudos, darle a la gente 7 dias donde pueden caer lo mas bajo de su dolor, y aceptarselo es curativo. Concentrarse en ese dolor y luego soltarlo.
Fue una pelicula extraña, tan extraña como mi cita. Un dramon judio hecho como novela mexicana... Un funeral, una expresion de dolor, de tristeza... De luto.
La sala de proyeccion estaba casi vacia, supongo que porque era lunes en la tarde. Menos mal que me acompañaba mi despecho.
Es que detesto ir al cine sola...